miércoles, 2 de diciembre de 2009

KARMA FOR DUMMIES

Estoy poniendo en orden mis ideas con respecto al Karma.

Para aclarar mis pensamientos, le llamaré Cosecha.

Pensar en términos de Cosecha, me ayuda a clarificarme:

1. Se cosecha lo que se siembra, si siembras tomates, crecen tomates, y no guayabas, por mucho que nos gusten las guayabas. (Si sembraste crítica, recolectarás plantas de crítica, aunque te guste escuchar palabras de aliento).
2. Se cosecha después de sembrar, pero no inmediatamente después de sembrar. Esto provoca que a veces hayamos inclusive olvidado qué fue lo que sembramos (¿Cómo es posible que me vaya mal si yo nunca he sido una persona criticona ni negativa?) .
3. A veces pasan largos periodos entre el sembrar y el recolectar, y esto provoca que creamos que no saldrá ninguna planta. La consecuencia, por un lado, será que sembraremos irresponsablemente, con la feliz convicción de que no habrá consecuencias (y sin autocrítica, y sin reflexionar en los actos). Pero, por otro lado, cuando llevamos algún tiempo sembrando "bien", el no ver pronto los frutos puede hacernos sentir derrotados.

También se me ocurre pensar en el karma como en una "huella". Cada acción, pensamiento, sentimiento o decisión, deja una huella en ti. Es como si se te notara tu vida en la cara, como si fueras dejando una estela de energía (alta o baja) a tu paso. En el budismo le llaman méritos acumulados, yo lo que imagino es que tu esencia, tu "huella digital" se modifica sin que tú te des cuenta, y, aunque quieras, no puedes engañar a nadie. Lo que eres, se te nota, y así atraes, a pesar de ti, aquello que corresponde a la vibración que emites: a la gente buena o a los ladrones, a la abundancia o a la carencia, al amor o a la soledad.

¿Cuándo dejas de ser una canica que solamente rebota entre las leyes del Karma? Cuando te haces CONSCIENTE. En primer lugar, te haces consciente de lo que estás sembrando hoy. En segundo lugar, infieres lo que has sembrado en el pasado, dejas de pelear, y lo aceptas.

Si dejas de pelear con lo que hoy vives, y si dejas de necear obsesionado con lo que no tienes, estarás comenzando a arar tu terreno para nuevas siembras. Pero, es en serio que hay que transmutar estos tres demonios: el enojo, la necedad y la envida....¿o son más? (la queja, la crítica, el querer obtener las cosas a la mala, los celos, el pretender manipular a Dios...). No puedes sembrar buenas semillas en tierras contaminadas. Te descubrirás atado con uno de esos nudos que más se aprietan entre más jalas.

El Maestro, el ser Iluminado, ya no está atrapado en el karma. De hecho, la mejor salida es el pedirle a la Divinidad el regalo de la Iluminación. Pero, mientras ésta llega aún podemos aprender a estar en paz mientras llega la nueva cosecha.

Mi maestro José Luis decía que era como andar en un coche a alta velocidad. Un día, por fin, lo detenemos, y SERÁ NORMAL QUE NOS CAIGAN ALGUNAS COSAS EN LA CABEZA. No puedes evitar el recolectar los frutos de lo que ya sembraste. Sin embargo, de aquí en adelante, avanzarás con cuidado y pondrás atención en las semillas que pongas.
  • Entre más humildemente reconozcas que estás viviendo algo que tú mismo generaste, más ligero se te hará el camino.
  • Entre más sinceramente te arrepientas de tus siembras anteriores, más fácil te pondrás en paz.
  • Arrepentimiento no significa culpa, solamente implica el verdadero reconocimiento de lo que creaste y el genuino deseo de no volverlo a crear.
  • Al sembrar de nuevo, unifica tu pensamiento, tu acción, tu palabra y tus sentimientos. Intenta vislumbrar un poco las consecuencias que esta siembra tendrá sobre ti mismo.
  • No pretendas engañar a los demás haciéndote pasar por alguien que no eres, pero tampoco te avergüences de quien eres hoy, eres un ser que está aprendiendo de sus errores, esa es la bendición de la rueda del karma.
  • Recuerda que no estás solo en este proceso de despertar y toma de conciencia, infinidad de seres de Luz y la divinidad misma te acompañan y te apoyan siempre, pero no intentes manipular a Dios a través de tus ruegos. En las enseñanzas de la vida no se soborna al maestro ni se compran los exámenes.
  • Se siembra con los actos, y también se siembra con el pensamiento y con el corazón. QUE HAYA CLARIDAD EN TU MENTE, AMOR EN TU CORAZÓN Y VERDAD EN TUS PALABRAS, para que tu "huella digital" se vaya volviendo más brillante, y tus nuevas semillas den frutos más dulces.

Namaste




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