Aprender técnicas de meditación y conocer oraciones y rituales ayuda,pues a veces nos sentimos perdidos y necesitamos un empujoncito para aprender a abrirle nuestro corazón a la divinidad. Personalmente recuerdo una vez, en un vuelo de regreso de Toronto, que , frente a unas turbulencias AUTOMÁTICAMENTE empecé a rezar un padrenuestro. Con ello me dí cuenta de que las oraciones que aprendimos de niños quedan siempre en nuestra mente/corazón y aparecen para ayudarnos cuando más lo necesitamos.
Sin embargo, para entregarnos a la divinidad necesitamos tener nuestro propio lenguaje, aquel con el que de verdad sintonicemos nuestro corazón. Como yo lo entiendo es: Dile la verdad a Dios!! Háblale de frente!! Quítate las máscaras!! Dile realmente lo que piensas...no tengas miedo tampoco de hablarle de amor.
Completo esta idea con esta bellísima historia, escrita por Osho y transmitida por Vivekamukti:
No interfieras con el amor y la oración de otra persona. Abandona la
idea de que sabes cómo amar o rezar. Sólo respeta el hecho de que
para otra gente, cualquiera sea el modo en que amen o recen, será
perfecto para ellos.
Moisés se encontró un día con un hombre que oraba, pero pronunciaba
una oración tan absurda que Moisés se detuvo. Y no sólo era absurda,
sino que además insultaba a Dios. El hombre decía: `Dios, permíteme
acercarme a ti, y prometo que limpiaré tu cuerpo cuando esté sucio.
Si tienes piojos, te los quitaré. Y soy un buen zapatero, te haré
zapatos perfectos. Señor, nadie te cuida... Yo te cuidaré. Cuando
estés enfermo, te serviré y traeré tu remedio. Y también soy un buen
cocinero`.
Moisés gritó: `¡Basta! Basta con estos disparates. ¿Qué dices? ¿Que
Dios tiene piojos en su cuerpo? ¿Que sus ropas están sucias y que tú
las limpiarás? ¿Y tú serás su cocinero? ¿De quien has aprendido esta
oración? El hombre dijo: `No la he aprendido en ninguna parte. Soy un
hombre muy pobre e ignorante, y sé que no sé rezar. La he
inventado... y éstas son las cosas que conozco. Los piojos me
incomodan mucho, entonces también deben incomodarlo a Dios. Y algunas
veces la comida que como no es buena, y me duele el estómago. Dios
también debe sufrir a veces. Es sólo mi propia experiencia la que se
ha transformado en mi oración. Pero si conoces la oración correcta,
por favor enséñamela`.
Entonces Moisés le enseño la oración correcta. El hombre se inclinó
ante Moisés, le agradeció con lágrimas de profunda gratitud. Se fue,
y Moisés estaba muy contento porque creía haber hecho una muy buena
acción. Miró al cielo para ver qué era lo que Dios pensaba al
respecto.
¡Y Dios estaba muy enojado! Dijo: `Te he enviado allí para que
acerques a la gente a mí, pero ahora acabas de apartar a uno de mis
mayores amantes. Ahora esta `oración correcta` que le has enseñado no
será una oración en absoluto, porque la oración nada tiene que ver
con la ley, es Amor. El amor es una ley en sí mismo, no necesita de
ninguna otra ley`.
Y con el amor ocurre la gracia. Y con el amor, la verdad. Recuerda:
si puedes entender la verdad, la verdad libera. Y no existe ninguna
otra liberación.