martes, 9 de septiembre de 2008

Qué frágiles somos!

Abrir el periódico es un viejo hábito del cual aún no me desprendo.
El amarillismo todavía me atrapa. Todavía caigo en las redes del empresario que,ávido de vender, selecciona las noticias más horribles para crear un impacto y vender más. Y yo, frente a lo que leo, me siento vulnerable.
¿Qué me sostiene cuando me hago consciente de que mi cuerpo es tan frágil que una llluvia fuerte, un viento sostenido o una bala perdida podrían acabar con él? ¿Qué me sostiene cuando veo que no hay un pilar sólido del cual me pueda sostener? En mi tribu no hay un jefe confiable, ni un chamán verdaderamente portador de la conciencia divina. Alrededor mío solo hay mentiras y manipulaciones. Hasta las escrituras sagradas están manipuladas por intereses ajenos.
¿Cuál será mi refugio frente a la inconciencia humana que destruye, que se está acabando el planeta a pedacitos, que agrede por agredir?
Mantener el centro, quedarme en el ojo del huracán, mantener clara la conciencia de que YO SOY EL QUE SOY, mantenerme en contacto estrecho con mi respiración; mantener los ojos abiertos buscando la Luz, siempre presente, sin evadirme del AHORA. Eternamente presente, eternamente consciente, mientras pasan siglos, milenios y eones, y la tempestad pasa, y las cosas retoman su curso.
En la conciencia de YO Soy el que Soy no hay mentiras ni manipulaciones. No hay intereses creados . No hay dualidad, por lo tanto, no hay un cuerpo ni un Yo que destruir. Ahí, sin que nadie me haya vendido la idea, sé que soy eterna.

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