HOY TE SALUDO DE LA MANERA MÁS SAGRADA QUE PUEDO SALUDARTE: NAMASTÉ
Al decirte NAMASTÉ, reconozco a la parte divina que eres tú, y te saludo desde la parte divina que soy yo.
Con Namasté honro al espíritu que vive en ti, y reverencio tu Ser.
Al decirte Namasté reconozco que estamos conectados, que somos UNO SOLO, que somos parte de la divinidad.
Namasté es un saludo profundamente respetuoso y que se inclina, no ante tu Ego, sino ante tu verdadero ser.
Al saludarte o despedirme con Namasté, mis manos están juntas, casi a la altura de mi rostro. Es un gesto de absoluta humildad.
Entonces, saludémonos este día: NAMASTÉ
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