Hay algunos momentos que son clave para entrar en contacto con el infinito: 1. tu último suspiro, el momento de tu muerte, aunque se trate solamente de una NDE (experiencia cercana a la muerte), 2. el orgasmo, también llamado "La petite morte" (la pequeña muerte) 3. un instante de éxtasis místico o una experiencia cumbre, provocado por la majestuosidad de un momento.
El primero y el tercero no dependen de nuestra voluntad. Por un lado, no te recomiendo que busques una experiencia cercana a la muerte ya que nadie garantiza que quien atente contra su vida tenga contacto con el infinito. Por otro lado, las experiencias cumbre siempre nos toman por sorpresa, como si parte de su grandeza derivara del hecho de que nuestra mente racional no las puede crear ni controlar.
El orgasmo está un poco más en nuestras manos, así que si tienes una vida sexual más o menos plena, procura abrir tu sensibilidad la siguiente vez que tengas una experiencia erótica, y soltar el control de tu mente durante el momento del orgasmo (se me acaba de venir a la mente una escena de la película ESTADOS ALTERADOS, ¿1985?, con William Hurt, ojalá la encuentres).
Sin embargo, mucho más sencilla que las tres anteriores, hay una cuarta opción, una oportunidad dorada para conocer el infinito: EL INSTANTE ENTRE TU INHALACIÓN Y TU EXHALACIÓN. Es un instante sagrado, donde el tiempo se detiene, donde tú dejas de ser tú y al mismo tiempo sigues existiendo. Es un segundo donde dejas de estar vivo, y al mismo tiempo, la vida sigue viviendo a través de ti. Entre la inhalación y la exhalación eres y no eres, estás y no estás, y, lo mejor de todo: TU MENTE SE AQUIETA...y, frente a una mente inquieta, el Universo entero se entrega.
jueves, 3 de enero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario