sábado, 17 de noviembre de 2007

DIOS SE RÍE COMO DELFÍN

DIOS SE RÍE COMO DELFÍN

Bueno, al menos para mi. Déjenme explicarles. ¿Han oído hablar de las experiencias cumbre? Abraham Maslow las ha descrito muy ampliamente. Una experiencia cumbre es uno de esos momentos en los que, INESPERADAMENTE, te encuentras de frente con la infinita belleza y perfección de este Universo. Una experiencia cumbre es un instante en el que TE SALES DEL TIEMPO, te quedas sin palabras por que algo, más grande que tú te ha arrebatado el aliento. En una experiencia cumbre tus sentimientos te desbordan, vives el júbilo más grande y al mismo tiempo puedes llorar de éxtasis; quedas de frente con lo bello, lo infinito, lo inexplicable...y todo eso EN UNOS SEGUNDOS Y sin que tú lo hayas planeado. Un momento cumbre es una probada de Dios: el encuentro con lo mágico, con la perfección absoluta te hace saber, DE INMEDIATO acerca del amor infinito, y te reconoces un pedacito de Dios. Estoy segura de que tú has tenido momentos así, solamente tienes que arañar un poco en tu memoria. ¿Qué fue? Un amanecer? Un volcán con nieve? El olor a pastel de la cocina de tu casa de niño? Un cuadro? Un beso robado? ´CUÁNDO DESCUBRISTE TÚ DE VERDAD Y SIN LUGAR A DUDAS LA PRESENCIA DE DIOS???
Una experiencia cumbre no se fabrica. No es a fuerzas el día de tu boda, ni necesariamente dentro de un templo. Dios, la belleza y el Amor en realidad están en todas partes. Y de ahí viene mi historia de hoy.
Hace muchos años, en la ciudad de México, en invierno, quise ir a nadar con los delfines de Atlantis. El agua estaba helada y se filtraba por el traje de neopreno alquilado que me quedaba gigante. El agua también se me metía por el visor a los ojos y a la nariz. En realidad, estaba sufriendo la experiencia. De pronto, sumergí la cabeza y me encontré de frente, nariz con nariz, con uno de los delfines. Él me veía con ojos traviesos y...se rió (ok, ya sé que los delfines no se ríen, pero éste sí se rió!) Recuerdo como su "risa" me sacó de mi estado negativo de conciencia, dejé de pensar en el frío y pude seguir nadando con una alegría muy especial. El encuentro con el delfín me sacó del tiempo y me sacó mentalmente de mis malestares físicos. Su risa me hizo sentir, sin palabras, que no había nada que temer, y que ambos pertenecíamos a algo más grande que nosotros.....pasó un año, y el verano siguiente me ocurrió algo parecido dentro de una alberca con mi hijo pequeño. Ambos estábamos sumergidos dentro del agua, y quedamos frente a frente, y él también se empezó a reir (y ahora no me pregunten cómo le hace un niño para reirse dentro del agua, yo no puedo). Su risa me conectó con la risa del delfín y regresó a mi, MAS INTENSA QUE ANTES, la sensación de perfección y armonía absoluta. El instante perfecto, más allá del tiempo, donde no importa nada y te sientes lleno de amor. Todo se funde en uno: la risa, el agua, el yo y el tú, y, por supuesto, lo más claro, la PRESENCIA DE DIOS RODEÁNDOLO TODO.
EL MEOLLO DE ESTE ASUNTO ES EL SIGUIENTE: Dónde has encontrado tú a Dios? Dónde conectas con la divinidad? Dónde has descubierto TÚ lo sagrado? Por que esos recuerdos, tus EXPERIENCIAS CUMBRE son,para tí , la puerta de entrada a lo Divino, tu conexión PERSONAL, ÍNTIMA , ÚNICA E IRREPETIBLE CON el Ser Superior. Si no la recuerdas, rasca en tu memoria, y si ya la encontraste,no la pierdas, es tu puerta.

2 comentarios:

Rosalía dijo...

Lourdes, Es un gusto leerte, y tener contacto por aqui.
Gracias por compartir lo que sabes.

Karuna Psicoterapia dijo...

Gracias, Rosalía, espero que de verdad te guste. Estoy abierta a tus comentarios. Un abrazo